Empezó la Cuaresma y no siempre acertamos a cómo presentarles a los jóvenes la propuesta de este tiempo tan importante para nuestra comunidad.
Lamentablemente muchas veces podemos ver como, en nuestra practica pastoral, la cuaresma es presentada como un “tiempo triste”.
Sin embargo también podemos descubrir que la cuaresma es el tiempo de recuperar la verdadera libertad. Ya lo dirá el texto del evangelio del miércoles de ceniza, con el cual comenzamos la cuaresma: Cuando ayunen no pongan cara triste…, perfúmense, arréglense…, que no se note… (Mt 6,16-18).
La idea de este escrito es desarrollar algunas ideas que sirvan para vivir plenamente esta cuaresma:
Cuaresma significa 40 días de preparación para los sucesos centrales de la Semana Santa con la que comenzamos la Pascua, fiesta central de los cristianos. Es, pues, tiempo de preparación para la Pascua del Señor.
Recordemos que Dios no necesita nuestra preparación, ni nuestros ayunos, ni nuestras limosnas, ni nuestras oraciones. No nos preparamos para “conformar” nosotros a Dios. Nos preparamos para cambiar nosotros y para que nuestro cambio llegue también al hermano. Es decir, para poner un poco más de luz y de sal y de bondad en el mundo. Eso es lo que le gusta a Dios: el cambio.
Tradicionalmente la preparación típica de la cuaresma ha consistido y consiste en lo siguiente:
Ayuno
Hay dos fechas de ayuno: el miércoles de ceniza y el viernes santo. Hay unas normas por ahí, pero quizás no sea lo más interesante aferrarnos a ellas. El sentido común me dice que ayunar es comer menos, pasar un poco de hambre un día. Así de sencillo. Y ¿por qué? También es sencillo: decido pasar un poco de hambre para decirme a mí y decir a todos que yo no vivo sólo de pan; quiero recordarme y recordar a los que me vean que hay cosas más importantes que el pan y vivo olvidándolas. Por ejemplo: querer y ser querido; hacer la paz y recibir la paz; repartir algo de lo mío (no sólo algo de lo que me sobra) con otros, o ser solidario, ser humanitario, contribuir a un mundo más ecológico en todo sentido. Ayuno para recordarme que me tengo que alimentar de Dios y alimentar a los hermanos. Y el ayuno me sirve para revisar mi vida poniéndome en la situación del otro.
Con ayunos de hambre (huelgas de hambre) intentan sensibilizarnos ante grandes problemas humanos y sociales… Con el ayuno recordamos causas y acontecimientos esenciales. En este caso el acontecimiento de qué alimenta nuestra vida, de qué nos alimentamos, dónde está nuestro hermano y Dios.
Abstinencia
Tradicionalmente era abstenerse de carne. Pero si compramos marisco y pescado, te sale más caro. ¡No pasa por aquí la historia! Abstenerse es recordarse a uno mismo que no podemos vivir queriendo todo, probando todo, satisfaciendo todo. Sin límites, vamos “a la locura”. Y necesitamos límites para ser y para que el otro sea. No ponerse límites es atropellamos y atropellar al otro. Hay algo más importante que quererlo todo y vivir de puro capricho, de antojos: ser y ayudar al otro a ser.
El ayuno y la abstinencia tienen como meta una reconversión personal al evangelio y a los otros. Lo que nos quitamos en” tener” lo ganamos en “ser” y en entrega a los demás. Esto es conversión y evangelio. Y esto tiene sentido, no es sólo normas frías.
Oración
Es charlar más con Dios, intimar, callar en su presencia para que Él hable. Hay que buscarse ratos, tiempos, momentos de oración. Hacer algo especial. También en familia, ¿por qué no? Rezar en las comidas; prender una vela en la casa, apagar la luz, la TV, poner un poco de música, dejar silencio, rezar una oración (el padrenuestro o lo que tú quieras). No se puede ser cristiano sin oración, como no se puede ser esposo o esposa sin comunicarse.
Biblia
El tiempo de cuaresma es el tiempo de la Biblia. En la comunidad cristiana se ofrecen los mejores pasajes de la Biblia para la lectura y meditación. Si hablamos de conversión es conversión al Dios de Jesús. Es decir, es hacer mi proyecto de vida de acuerdo con el Dios de Jesús de Nazaret. Inventarse la propia vida desde la óptica de lo que la Biblia dice, de lo que Dios dice. Va creciendo el número de los que leen la Biblia en casa en este tiempo o siguen las lecturas que se proponen para la eucaristía. Es bien sencillo. Se puede combinar con la oración que antes decía.
Limosna
Es una de las prácticas cuaresmales más antiguas. Tiene sentido si nace del corazón, si es signo de conversión interior. No es limosna dar lo que sobra. Es limosna dar de lo que tenemos, decidimos a tener menos para que el otro tenga lo necesario. Es una decisión interior de reconocer al otro como hermano y ayudarle.
Merece la pena movilizarse y hacer algo. Es tiempo de “cristianizamos un poco”, tiempo de “recordar nuestro bautismo”.
Merece la pena.
Da alegría recobrar lo esencial.